sábado, 20 de diciembre de 2008

Novela aún sin titulo. Capítulo IV: Te Amo Así Todo Raro

(Dedicado a mis lectores, que aparentemente son sólo 6 y a Daniel, por no ser homofóbico, por más de haber estudiado en un colegio de hombres..., provecho.)



Volví hacia la mesa donde Flora me esperaba. Que extraño, no sentí las miradas punzantes de los asistentes a la fiesta digna de Vento.com, ni pude oír sus comentarios. Me siento demasiado ajeno a mí mismo, todo esto me resulta… resbaladizo, por decirlo de alguna manera. Parece que junto al antiguo Mateo también se carbonizó mi inseguridad, y se hizo humo la vergüenza transformada en mi típico rubor en el rostro.

Estoy a pocos metros de ella, y por alguna desconocida razón percibo el perfume a príncipes negros que despide. Jamás podré olvidarme a su sensacional olor a rosas negras y salvajes. Faltan tan solo cinco metros y ya estoy pensando en qué demonios le voy a decir. ¿Debería quizá decirle que se ve lindísima? No, eso no. Pensará que soy un mandado, o peor aún, un aguantado (créanme que no necesito del sexo). ¡Ya sé! Me disculparé por la tardanza y trataré de hacerla reír un poco más, su sonrisa nos hace sentir a ambos genial.

Tres metros… la miro desde lejos. Dos metros… nota mi presencia. Un metro… me dedica una sonrisa, guau, que genial se siente. Genial, genial, genial.

Sorry por la demora, no fue mi intención—sí, claro—, ¿me perdonas? La miré con esa mirada tan mía de perrito extraviado, y creo que ella entendió mi mensaje… ¡Qué bellos ojos!

—No es necesario que te disculpes, en serio. Todo está tranquilo por aquí… ¿y tu amiga se tomó la foto con Renzo ComoSeEscribaSuApellido?

Reí, y me di cuenta que me había olvidado completamente del tema. Milca lo había mencionado en el taxi mientras caía como un pequeño Pug—una raza de perros demasiado sexy, ergo, linda— en los brazos de Morfeo, y también lo había mencionado antes de desaparecer con Mike. Hasta hoy día me pregunto qué habrá sido de la dichosa foto.

— ¡No lo creo! ¿En serio te dijo eso? No puedo creer que tus amigas más cercanas sean tan superficiales, es increíble hasta dónde puede llegar la influencia del dinero —un segundo, ¿de qué estábamos hablando? Eh… Ah, eso, claro, claro.

—Sí, es estúpido cómo se emocionan por ver a uno de esos pituquitos, parece como si necesitaran de ver a alguien con una nariz respingada y una piel de mármol para sentirse bien consigo mismas. ¿Has visto sus poses? Son ridículas.

—Menos mal que tú no eres así. No sé porqué, pero eres diferente. Quizá suene muy… inapropiado pero… — ¿por qué demonios se ruboriza? ¿Qué está pasando?—. creo que me gustas…

Silencio total. Paz total. Es raro, bien raro, rarísimo sentir que tu mundo entero se derrumba y por su propia cuenta se reconstruye hilo por hilo todo al mismo tiempo. Es como si un ser telequinético y perfecto hubiera colocado cada pedazo de vitral roto en el nuevo diseño creado en el momento que conocí a Flora. El vitral antiguo que coexistía con los demás Mateos tan solo reflejaba un mundo digno del Apocalipsis, lleno de bestias con mi rostro, llamas color de mis lágrimas, luces oscuras y extraviadas y demás calamidades que mi antiguo yo se había encargado de que creyera… Olvídalo, ya fue.

Respira profundo, RESPIRA. Vamos, Mateo, tú puedes. Inhala.

—Tú también me gustas… Mucho.

Exhala.

—¿Te gusto? Espera… —note como su mirada analizaba al detalle mi expresión, ¿cómo puede pensar que diría que no?— Déjame procesar todo esto. Tú, Flora, chica que he conocido hace unas dos horas y que me has encantado hasta las células, ¿me estás diciendo que te gusto?

—¿En serio te es tan difícil aceptarlo? —Asentí con el pensamiento—. Ni creas, eres lindísimo.

—Pero… yo soy raro, rarísimo, aún no sé porqué la Guardia Nacional no me extermina o mete en una jaula en el zoológico. Soy un freak show. Al menos tienes que admitir eso.

Se rió, vaciló y finalmente, mirando a las flores que adornaban la mesa y de paso a nuestra ficticia utopía (ajena a cualquiera otra persona que no sea ella o yo), agregó:

—Te amo así todo raro.

Pasa uno. Pasan dos. Dos latidos acelerados de corazón.

—Te amo así toda sonsa.

Entrelazamos nuestros dedos y pude sentir como la piel bajo mi palma vacilaba ante el repentino cambio de temperatura. A diferencia de cualquier cadáver clásico, bajo mi rosácea coraza fluía la sangre… una sangre caliente y azulada. Contrario a lo que pensaba, Flora era efectivamente, un ser de manos frías, muy frías. Sin embargo, se ruborizó una vez más cuando acaricié su petrificada mano y elevé mi temperatura a los 30 grados. Miró encendida hacia otro lado y devolvió la mirada hacia mí, con su llama un poco extinguida.

Consideré en ese momento la idea de que ella me ocultaba algo, ese algo que por compromiso uno no dice, ese algo que te lleva a estar con alguien sin amarlo completamente, o al menos sin amarlo en parte. Mi confusa imaginación creó situaciones en las que ella divagaba en su propia mente y se azotaba con un látigo de espinas cada vez que recordaba lo que me había dicho y cuán tonta había sido por aceptar mis ridículas proposiciones. Nada me dolía más que su infelicidad. Nada.

Decidí dejarla ausentarse un poco y yo hice lo mismo. No hay razones por las cuales apresurarnos, tenemos días de sobra para conocernos aún más, me encuentro seguro de que todo esto está más que bien, está perfecto. Además, todo este romanticismo me está provocando náuseas. ¿Soy tan cursi en la vida real? Espero que no.

Créeme que sí lo eres.

— ¡A callar!

5 comentarios:

Damian dijo...

ya, un gay que se enamora de una chica, por eso se me hacia raro q el gay de la historia se sintiera atraido a una chica, si que soy lento es q no habia leido el cap III.
diferente, tons q tambei estas atraido por una chica??

Hola, me llamo Congruous y estoy poseído por Mateo, un personaje que construí, y que ahora no hace más que

lo dice tu perfil
vaya...

Azucena Oré Vereau dijo...

Eres bi, entonces. Uhmm

Azucena Oré Vereau dijo...

A no, disculpa. Creo que es un personaje que creaste.

saludos!

hpereyraf dijo...

Jejejeje OMFG q miedo con el protagonista este de tu novela ... tenemos algo en comun la debilidad x las chicas linda ... creo q solo podria enamorarme de una mujer bella ... no se x q

Franco dijo...

Guau, guau, guau. Gracias chicos y chicas por sus comentarios, veo que la duda está comenzando a nacer en sus cerebros.

Primero, querido damian (agradezco HARTO tus comentarios) el tipejo este de la novela está profundamente confundido, no sabe si es gay o bi, o ninguno. Por si acaso, es Mateo él que se enamoró de Flora... yo... bueno, ni idea.

Suu, creo que con el tiempo responderé a tu pregunta.

Y Lemon Guy, ya me enteré de tus travesuras con Max..., UY. En fin, supongo que Mateo también babea de vez en cuando por una chica simpática.