lunes, 17 de diciembre de 2007

Diecisiete

"Con sólo palabras bonitas no vas a cambiar al mundo" leí una vez a una de esas tantas personas regadas en mi Messenger, personas con las que quizás en mi vida vuelva a hablar; amigos de aquel tiempo atrás, que se encuentran solitarios en mis más amargos recuerdos; amantes vespertinos, amantes jamás amados; y también aquellos a quienes, insanamente, les confiaría el alma entera. Lamentable y afortunadamente, en eso consiste mi lista de agregados, personas que han tocado mi Amor, y muchas veces escapado con él.

Palabras bonitas... ¿que serán? Tal vez una poesía de un corazón locamente enamorado, un corazón sangrando por el ser amado, por el pedazo de paraíso en la tierra... Existe la posibilidad que también sean esos cumplidos de Don Juan, que tratan de engatuzar a la indefensa presa, encantándola hasta las lágrimas... O susurros en el éxtasis de la noche, cuando la lujuria y el deseo se fusionan en una maravillosa acción, susurros que buscan causar en la otra persona un delirio.

Y, también, me arriesgo a considerar las siguientes palabras como unas de las más hermosas que me han dicho:

-Diecisiete.

-¿Qué?

-El número de días que no escribes nada en tu blog.

Muchas gracias Diego.

Tal vez, querida amiga con la que jamás volveré a entablar una conversación, decir sólo palabras bonitas no va a cambiar al mundo... pero... siempre podemos intentarlo, ¿no?