martes, 17 de febrero de 2009

Bestia Divina

Bestia divina, que inclusive al Sol eclipsas, ¿aceptas este corazón? Solo late un poco más, por si lo aceptas. Bestia divina, ¿oyes mis pensamientos? ¿Te sonrojas al recordarme? ¿O sólo te entristeces en tu divinidad, por qué sabes que tarde o temprano me romperás el corazón?

¿O te entristeces porque sabes que tarde o temprano, tal vez, te enamorarás tanto de mí que te dolerá? ¿Que te dolerá perderme? Imposible, las divinidades siempre tienen a un gentío tras de ellos, tienen inclusive a ángeles vigilándolos, listos para atraparte y alejarte de nuestras memorias.

¡¿MEMORIAS?! Lo olvidaba, no tenemos memorias, ni ideas, ni palabras dichas. No tenemos nada, porque no existes. Eres solo un tormentoso ángel que me visitó en sueños. Es hora de que te vayas, que nos vayamos. Digamos adiós una vez más, para siempre.

...

Lo siento, no puedo, si estoy sin ti me perderé una vez más. Déjame quererte en mi intimidad y en mis letras. Tu déjate quererte por aquel que logre robarte el corazón. Yo ya perdí.

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